Schotty sigue esperando para empezar a trabajar. Mientras pasa el tiempo viendo la televisión en el vestíbulo, cosas extrañas parecen estar sucediendo a su alrededor.

La paciencia de Schotty se está agotando. ¿Cuántas tonterías más tiene que soportar? ¿Y qué es lo que está pasando realmente?

La situación se vuelve cada vez más extraña. Schotty comienza a sentirse muy incómodo y solo quiere abandonar el lugar.

La siguiente persona con la que se encuentra Schotty es Merle, el amor de su vida. Al principio hablan sobre su relación y el arrepentimiento mutuo por ya no estar juntos, pero entonces, ella empieza a comportarse de forma extraña...

Merle lee el discurso que ha preparado sobre Schotty y este está muy conmovido. Al final, los dos terminan abrazándose.

Schotty sigue pensando que todo terminará bien. En cualquier caso, ¡sigue estando emocionante hasta el final!

En el nuevo lugar de trabajo de Heiko Schotte, una galería, este se encuentra con la dueña de la misma, quien inicialmente piensa que Heiko es un pariente de un famoso pintor, cuyas obras le gustaría exhibir algún día.

La galerista le cuenta a Schotty lo que ocurrió: todo comenzó con un cuadro que la ella rechazó de un pintor.

Somos testigos de una emocionante discusión sobre el arte y cómo se mide su valor. ¡Y vemos a Schotty fuera de sí!

Schotty y la galerista discuten sobre la credibilidad y el valor de las obras de arte y los artistas. Observamos dos posiciones opuestas, pero al final, de alguna manera, parecen coincidir en una que otra opinión.

En la conversación con la galerista, Schotty reconoce que la opinión propia puede estar influenciada en gran medida por la de los demás. También decide comprar el cuadro del señor Kirschelich para Merle, sin embargo, su precio ahora ha cambiado.

Schotty paga su salchicha al curry con un billete de cinco euros muy especial, que resulta ser parte de una obra de arte muy cara de la galería...

¿Habrá un final feliz? El billete de cinco perdido reaparece, Schotty recibe un regalo sorprendente y la persona más honesta termina quedando como una delincuente.

Las farmacias venden innumerables productos y cremas antienvejecimiento. Sin embargo, los investigadores han descubierto que probablemente exista un método mucho más barato: la restricción calórica. Pero este método no es favorable en todos los sentidos...

En la segunda parte de este episodio de Terra-X, May Thi Nguyen-Kim explica por qué la restricción calórica en humanos no se debe usar tan fácilmente como agente antienvejecimiento y cuáles son las desventajas de este método.